lunes, 5 de agosto de 2013

El Templo secreto (21) Vicente Alcoseri

(21) Vicente Alcoseri
  1. El Templo Secreto
    Mucho tiempo después de la muerte de Hiram y de Salomón, después que
    los ejércitos de Nabucodonosor hubieran destruido el Templo de
    Jerusalén, un día llegaron tres misteriosos personajes. Eran unos
    magos, unos iniciados de Oriente, que venían en peregrinación a las
    ruinas del antiguo Santuario. Después de examinar los capiteles que
    yacían por la tierra y recogiendo piedras para descubrir en ellas
    inscripciones o símbolos. Mientras procedían a estas exploraciones
    descubrieron una excavación.


    Se trataba de un pozo situado en al ángulo sudeste del templo.
    Limpiaron el orificio, tras el cual uno de ellos, el de más edad, su
    jefe. Poniéndose de bruces, miró en el interior.


    Era mediodía en punto, el Sol brillaba en su cenit y sus rayos caían
    verticalmente en el pozo. Un objeto brillante sorprendió al Mago.
    Llamó a sus compañeros. Evidentemente había allí un objeto
    digno de atención, sin duda uno joya sagrada. Decidió recogerla, y
    con
    dificultad se adentro en el pozo, atado a una cuerda.


    Debemos dar cuenta de cuál era el objeto que había atraído la
    atención de los peregrinos.


    Ésta joya era una delta de oro sobre la cual Hiram, que era un
    iniciado había grabado el nombre inefable y que lo llevaba con él, la
    faz inscrita hacia dentro, expuesto a las miradas únicamente por el
    envés, no mostrando más que la cara lisa, dicha joya fue quitada del
    su cuello por el asesino de Hiram, y la lanzó al pozo que había en el
    templo.


    El mago descendió a lo más profundo del pozo, bajó entonces su mirada
    hacia el suelo, vio la joya de Hiram, la miró y constató con
    emoción que llevaba inscrito la Poderosa Palabra que conocía ya, pues
    él
    también era un iniciado.


    Para que sus compañeros que aún no eran iniciados no pudieran leerlo,
    suspendió en su cuello la joya, escondiendo también la cara grabada.


    En el fondo de pozo miró y constató la existencia de una abertura.
    Entro allí a oscuras y palpo una puerta. Retrocedió entonces y
    advirtió a sus compañeros para que le ascendieran.


    Al ver la joya que ornaba el pecho de su jefe, los otros dos magos
    comprendieron que acababa de recibir una nueva consagración. Les
    contó lo que había visto y decidieron ir juntos en la exploración.


    Pusieron las cuerdas atadas a las Columnas, después se aseguraron de
    que podía soportar el peso de un hombre. Cada Mago, llevando su
    antorcha en mano, se dejó deslizar hacia el fondo del pozo.


    Una vez allí, se internaron, guiados por su jefe, en el pasillo que
    lleva a la mística puerta de bronce. Llegados ante ésta, el viejo
    Mago la examinó atentamente al resplandor de su antorcha. Constató, en
    el
    centro, la existencia de un ornamento en el relieve con forma de
    corona Real.


    El Mago se absorbió en una meditación profunda, después pronuncio la
    palabra MALKUTH y la puerta se abrió…


    El templo superficial de Jerusalén había sido destruido totalmente,
    pero el templo interno esta intacto. Los exploradores se encontraron
    en una cámara secreta y ante una escalera que se internaba en el
    suelo; allí se introdujeron, antorcha en mano y se encontraron con
    una nueva puerta de bronce. El Mago pronuncio la palabra IESOD y la
    puertase abrió.


    Los Magos entraron en una vasta sala circular abovedada sostenida por
    nueve arcos que partían del suelo y se encontraban en la cumbre en
    un punto central, como desafiando la gravedad con al estilo de una
    catedral Gótica.


    Examinado la bóveda a la luz de las antorchas, la recorrieron para
    ver si había otra salida. No encontraron nada y pensaron regresar por
    la
    puerta por donde habían ingresado. El jefe recorriendo los arcos uno
    a uno. En un rincón oscuro había descubierto una tercera puerta de
    bronce, Ésta llevaba como símbolo un Sol radiante he inscrita la
    palabra NETZAH, que al pronunciarla se abrió dando acceso a una
    segunda sala.


    Así sucesivamente, los exploradores franquearon otras cinco puertas
    y pasaron a nuevas criptas secretas, en cada una de estas criptas
    descifraban nuevos enigmas cada vez más profundos.


    Sobre un de esas puertas había una luna resplandeciente, una cabeza
    de león, un ojo, un rollo de la Ley, una regla, una piedra.


    Las palabras pronunciadas fueron: HOD, TIPHERETH, CHESED, GEBURAH,
    DAATH, CHOCHMAH, KLIPOTH, BINAH Y KETHER.


    Cuando llegaron a la novena bóveda, los Tres magos se detuvieron
    sorprendidos, deslumbrados, espantados. Dicha bóveda no estaba en
    absoluto sumergida en la oscuridad; aparecía por el contrario,
    brillantemente iluminada, en medio estaban situados tres candelabros
    de una altura considerable. Estas lámparas, que ni el tiempo ni la
    destrucción del reino de Judea, la ruina de Jerusalén y la
    destrucción del Templo exterior no habían extinguido, iluminaban todos
    los
    detalles de esta bóveda admirablemente tallada en la roca viva.


    Los peregrinos apagaron sus propias antorchas, se quitaron sus
    sandalias y después avanzaron para iluminarse con la luz de los tres
    candelabros.


    Conforme avanzaron encontraron un altar cúbico en medio de los
    candelabros, donde encontraron representados en oro utensilios
    sagrados de la construcción. Sobre segunda cara del altar encontraron
    inscritas figuras geométricas. Sobre tercera cara se leían números
    misteriosos y sobre la cuarta cara estaba representada una planta
    sagrada.


    Sobre el altar estaba puesta una piedra de ágata; donde se leía en
    letras de oro la palabra ADONAI.


    El jefe de los Magos dijo: “ya es tiempo para vosotros de recibir la
    suprema enseñanza que hará de vosotros unos Iniciados en los antiguos
    misterios. Adonai es una palabra que no expresa realmente la idea de
    la Consciencia Suprema.


    Tomó del Altar con las dos manos la piedra de ágata, se volvió hacia
    sus discípulos diciéndoles: Mirad la concepción Suprema, hela
    aquí. Vosotros estáis en el Centro de la idea.


    Los discípulos deletrearon las letras IOD, HE,VAU,HE y abriendo la
    boca para pronunciar la palabra, pero él les grito:


    “Silencio” ésa palabra inefable que no debe salir de labio alguno.


    Reposó después la piedra de ágata sobre el altar, tomó de su
    pecho la joya del Maestro Hiram y les mostró que los mismos signos se
    encontraban grabados allí-


    Estas bóvedas no fueron construidas por Salomón. Las leyendas dicen
    que Adán se encuentra enterrado en una de estas cámaras. La piedra
    ágata fue colocada por Enoch, el primero de los iniciados, y del que
    descienden todos los iniciados. No se sabe en qué época fueron
    construidas las ocho bóvedas y que ésta excavada en la piedra viva.


    Los nuevos Grandes Iniciados apartaron su atención del altar y de la
    piedra ágata, miraron el cielo de la Sala, que se perdía en una
    altura prodigiosa, recorrieron la vasta nave. Llegaron así ante una
    puerta
    cuidadosamente disimulada, sobre la que había gravado un cáliz roto.
    Llamaron a su Maestro y le dijeron:


    Ábrenos también esta puerta, ahí detrás debe haber un
    misterio superior a todos.


    No. Les respondió él, de ningún modo debe abrirse esa puerta.
    Ahí hay un misterio, pero es un misterio terrible, un misterio que los
    mataría.


    Tú quieres ocultarnos algo, reservártelo para ti; pero nosotros
    queremos saberlo todo, ¡la abriremos nosotros mismos!


    El jefe de los magos durmió, y aprovechando la ocasión los dos Magos
    se pusieron a pronunciar todas las palabras que habían escuchado de
    la boca de su Maestro. Con esas palabras no producían ningún efecto,
    dijeron todas aquellas que vinieron a su mente. Luego de 61
    intervalos, iban a renunciar cuando uno de ellos hablo así.


    Nada(QUE EN HEBREO SE PRONUNICA AIN) podrá abrir la puerta. Ante
    esta palabra AIN, la puerta se abrió con violencia, los dos
    imprudentes
    fueron derribados al suelo, el jefe de los Magos despertó de su
    sueño,un viento furioso sopló en la bóveda, las lámparas mágicas se
    apagaron.


    El Maestro se precipitó sobre la puerta, pidiendo ayuda a sus
    discípulos; éstos se levantaron del suelo y acudieron prestos a su
    voz, empujaron con él, y sus esfuerzos reunidos consiguieron cerrar
    nuevamente la puerta. Uno de ellos logro ver lo que había tras la
    novena puerta y quedo sumamente impresionado, pero no podía
    comunicarlo pues no se relacionaba con nada que antes hubiese
    conocido, pertenecía totalmente a otro orden.


    Pero las luces ya no volvieron a encenderse y los Magos quedaron
    sumidos en la oscuridad. Se reunieron a una voz de su Maestro. Éste
    les dijo: ¡Oh, este terrible acontecimiento estaba escrito! Estaba
    anunciado que el hombre cometería esta imprudencia. Henos aquí en
    grave peligro de perecer en este lugar subterráneo, y no sabemos en
    esta oscuridad si algo salio al abrirse la puerta. Intentemos salir,
    atravesar las ocho bóvedas y llegar al pozo por el que hemos
    descendido. Vamos a cogernos de las manos, y caminaremos hasta dar
    con la salida. Así lo hicieron. Pasaron dos horas, pero el nuevo Poder
    que poseían les ayudo en su tarea.


    Antes de que ascendieran, el Maestro les mostró el círculo recortado
    en el cielo de la boca del pozo y les dijo:


    Es media noche en punto. Los diez bóvedas incluyendo también la del
    agujero de salida; corresponden al número once, aquella de la que ha
    soplado el impetuoso viento; es el mismo Infinito, Él no creado, el
    Eterno Secreto.


    Los tres Iniciados al salir del pozo regresaron al recinto de
    Templo,que ahora estaba completamente construido, mejor aún que en
    días del
    Rey Salomón, sumergidos en profunda meditación, bajo el cielo
    estrellado, en medio del silencio nocturno, sin intercambiar
    palabras,se alejaron en dirección de nuevo a Oriente.


    Todas las leyendas como el mito masónico ser relaciona con la ciencia
    de la construcción, así se presenta con la historia de Hiram Abiff,
    legendario constructor del Templo de Salomón, modelando según una
    estructura precisa para albergar el Arca de la Alianza, y en un lugar
    concreto de se cree que aún se oculta en algún lugar subterráneo. Lo
    cierto es que tanto las historias de buscadores como leyendas dicen
    que aún se encuentra ahí.
    https://groups.google.com/forum/#!searchin/secreto-masonico/oscuridad$20%7Csort:date/secreto-masonico/Jd-PqMfKNDc/ohmRs5PQ4lQJ
    Foto: El Templo Secreto 
Mucho tiempo después de la muerte de Hiram y de Salomón, después  que 
los ejércitos de Nabucodonosor hubieran destruido el Templo de 
Jerusalén, un día llegaron  tres misteriosos personajes. Eran unos 
magos, unos iniciados de Oriente, que venían en peregrinación  a las 
ruinas del antiguo Santuario. Después de examinar los capiteles que 
yacían por la tierra y recogiendo piedras para descubrir en ellas 
inscripciones o símbolos. Mientras procedían a estas exploraciones 
descubrieron una excavación. 


Se trataba de un pozo situado en al ángulo sudeste del templo. 
Limpiaron el orificio, tras el cual uno de ellos, el de más edad, su 
jefe. Poniéndose de bruces, miró en el interior. 


Era mediodía en punto, el Sol brillaba en su cenit y sus rayos caían 
verticalmente en el pozo. Un objeto brillante sorprendió al Mago. 
Llamó a sus compañeros. Evidentemente había allí un objeto 
digno de atención, sin duda uno joya sagrada. Decidió recogerla, y 
con 
dificultad se adentro  en el pozo, atado a una cuerda. 


Debemos dar cuenta de cuál era el objeto que había  atraído la 
atención de los peregrinos. 


Ésta joya  era una delta  de oro  sobre la cual Hiram, que era un 
iniciado había grabado el nombre inefable y que lo llevaba con él, la 
faz inscrita hacia dentro, expuesto a las miradas únicamente  por el 
envés, no mostrando más que la cara lisa, dicha joya fue quitada  del 
su cuello por el asesino de Hiram, y la lanzó al pozo que había en el 
templo. 


El mago descendió a lo más profundo del pozo, bajó entonces su mirada 
hacia el suelo, vio  la joya de Hiram, la miró  y constató con 
emoción que llevaba inscrito la Poderosa Palabra que conocía ya, pues 
él 
también era un iniciado. 


Para que sus compañeros que aún no eran iniciados no pudieran leerlo, 
suspendió en su cuello la joya, escondiendo también  la cara grabada. 


En el fondo de pozo miró y constató la existencia de una abertura. 
Entro allí a oscuras y palpo una puerta. Retrocedió entonces y 
advirtió a sus compañeros para que le ascendieran. 


Al ver la joya que ornaba el pecho de su jefe, los otros dos magos 
comprendieron que acababa de recibir una nueva consagración. Les 
contó lo que había visto y decidieron  ir juntos en la exploración. 


Pusieron las cuerdas atadas a las Columnas, después  se aseguraron de 
que podía soportar el peso de un hombre. Cada Mago, llevando su 
antorcha en mano, se dejó deslizar hacia el fondo del pozo. 


Una vez allí, se internaron, guiados por su jefe, en el pasillo que 
lleva a la mística puerta de bronce. Llegados ante ésta, el viejo 
Mago la examinó atentamente al resplandor de su antorcha. Constató, en 
el 
centro, la existencia de un ornamento en el relieve con forma de 
corona Real. 


El Mago se absorbió en una meditación profunda, después pronuncio la 
palabra MALKUTH y la puerta se abrió… 


El templo superficial de Jerusalén había sido destruido totalmente, 
pero el templo interno esta intacto. Los exploradores se encontraron 
en una cámara secreta y ante una escalera que se internaba en el 
suelo; allí se introdujeron, antorcha en mano y se encontraron con 
una nueva puerta de bronce. El Mago pronuncio la palabra IESOD y la 
puertase abrió. 


Los Magos entraron en una vasta sala circular abovedada sostenida por 
nueve arcos que partían del suelo y  se encontraban en la cumbre en 
un punto central, como desafiando la gravedad  con al estilo de una 
catedral Gótica. 


Examinado la bóveda a la luz de las antorchas, la recorrieron para 
ver si había otra salida. No encontraron nada y pensaron regresar por 
la 
puerta por donde habían ingresado. El jefe recorriendo los arcos uno 
a uno. En un rincón oscuro había descubierto una tercera puerta de 
bronce, Ésta llevaba como símbolo un Sol radiante he inscrita la 
palabra NETZAH,  que al pronunciarla se abrió dando acceso a una 
segunda sala. 


Así sucesivamente, los exploradores franquearon otras  cinco puertas 
y pasaron a nuevas criptas secretas, en cada una de estas criptas 
descifraban nuevos enigmas cada vez más profundos. 


Sobre un de esas puertas  había una luna resplandeciente, una cabeza 
de león, un ojo, un rollo de la Ley, una regla, una piedra. 


Las palabras pronunciadas fueron: HOD, TIPHERETH, CHESED, GEBURAH, 
DAATH, CHOCHMAH, KLIPOTH, BINAH Y KETHER. 


Cuando llegaron a la novena bóveda, los Tres magos se detuvieron 
sorprendidos, deslumbrados, espantados. Dicha bóveda no estaba en 
absoluto sumergida en la oscuridad; aparecía por el contrario, 
brillantemente iluminada, en medio estaban situados tres candelabros 
de una altura considerable. Estas lámparas, que ni el tiempo ni la 
destrucción del reino de Judea, la ruina de Jerusalén y la 
destrucción del Templo exterior no habían extinguido, iluminaban todos 
los 
detalles de esta bóveda admirablemente tallada en la roca viva. 


Los peregrinos apagaron sus propias antorchas, se quitaron sus 
sandalias y después avanzaron para iluminarse con la luz de los tres 
candelabros. 


Conforme avanzaron encontraron un altar cúbico en medio de los 
candelabros,  donde encontraron representados en oro utensilios 
sagrados de la construcción. Sobre segunda cara del altar encontraron 
inscritas figuras geométricas. Sobre tercera cara se leían números 
misteriosos y sobre la cuarta cara estaba representada una planta 
sagrada. 


Sobre el altar estaba puesta una piedra de ágata; donde se leía en 
letras de oro la palabra ADONAI. 


El jefe de los Magos dijo: “ya es tiempo para vosotros de recibir la 
suprema enseñanza que hará de vosotros unos Iniciados en los antiguos 
misterios. Adonai es una palabra  que no expresa realmente la idea de 
la Consciencia Suprema. 


Tomó del Altar con las dos manos la piedra de ágata, se volvió hacia 
sus discípulos diciéndoles: Mirad la concepción Suprema, hela 
aquí. Vosotros estáis en el Centro de la idea. 


Los discípulos deletrearon las letras  IOD, HE,VAU,HE y abriendo la 
boca para pronunciar la palabra, pero él les grito: 


“Silencio” ésa palabra inefable que no debe salir de labio alguno. 


Reposó después la piedra de ágata sobre el altar, tomó de su 
pecho la joya del Maestro Hiram y les mostró que los mismos signos se 
encontraban grabados allí- 


Estas bóvedas no fueron construidas por Salomón. Las leyendas dicen 
que Adán se encuentra enterrado en una de estas cámaras. La piedra 
ágata fue colocada por Enoch, el primero de los iniciados, y del que 
descienden todos los iniciados. No se sabe  en qué época fueron 
construidas las ocho bóvedas y que ésta excavada en la piedra viva. 


Los nuevos Grandes Iniciados apartaron su atención del altar y de la 
piedra ágata, miraron el cielo de la Sala, que se perdía en una 
altura prodigiosa, recorrieron la vasta nave. Llegaron así  ante una 
puerta 
cuidadosamente disimulada, sobre la que había gravado un cáliz roto. 
Llamaron a su Maestro y le dijeron: 


Ábrenos también  esta puerta, ahí  detrás debe haber un 
misterio superior a todos. 


No. Les respondió él, de ningún modo debe abrirse esa puerta. 
Ahí hay un misterio, pero es un misterio terrible, un misterio que los 
mataría. 


Tú quieres ocultarnos algo, reservártelo para ti; pero nosotros 
queremos saberlo todo, ¡la abriremos nosotros mismos! 


El jefe de los magos durmió, y aprovechando la ocasión  los dos Magos 
se pusieron a pronunciar todas las palabras que habían escuchado de 
la boca de su Maestro. Con esas palabras no producían ningún efecto, 
dijeron todas aquellas que vinieron a su mente. Luego de 61 
intervalos, iban a renunciar cuando uno de ellos hablo así. 


Nada(QUE  EN HEBREO SE PRONUNICA AIN) podrá abrir la puerta. Ante 
esta palabra AIN, la puerta se abrió con violencia, los dos 
imprudentes 
fueron derribados al suelo, el jefe de los Magos despertó de su 
sueño,un viento furioso sopló en la bóveda, las lámparas mágicas se 
apagaron. 


El Maestro se precipitó sobre la puerta, pidiendo ayuda a sus 
discípulos; éstos se levantaron del suelo y acudieron prestos a su 
voz, empujaron con él, y sus esfuerzos reunidos consiguieron cerrar 
nuevamente la puerta. Uno de ellos logro ver lo que había tras la 
novena puerta y quedo sumamente impresionado, pero no podía 
comunicarlo pues no se relacionaba con nada que antes hubiese 
conocido, pertenecía  totalmente a otro orden. 


Pero las luces ya no volvieron a encenderse y los Magos quedaron 
sumidos en la oscuridad. Se reunieron a una voz de su Maestro. Éste 
les dijo: ¡Oh, este terrible acontecimiento estaba escrito! Estaba 
anunciado que el hombre cometería esta imprudencia. Henos aquí en 
grave peligro de perecer en este lugar subterráneo, y no sabemos en 
esta oscuridad si algo salio al abrirse la puerta. Intentemos salir, 
atravesar las ocho bóvedas y llegar al pozo por el que hemos 
descendido. Vamos a cogernos de las manos, y caminaremos hasta dar 
con la salida. Así lo hicieron. Pasaron dos horas, pero el nuevo Poder 
que poseían les ayudo en su tarea. 


Antes de que ascendieran, el Maestro les mostró el círculo recortado 
en el cielo de la boca del pozo y les dijo: 


Es media noche en punto. Los diez bóvedas incluyendo también la del 
agujero de salida; corresponden al número once, aquella de la que ha 
soplado el impetuoso viento; es el  mismo Infinito, Él no creado, el 
Eterno Secreto. 


Los tres Iniciados al salir del pozo  regresaron al recinto de 
Templo,que ahora estaba completamente construido, mejor aún que en 
días del 
Rey Salomón,  sumergidos en profunda meditación, bajo el cielo 
estrellado, en medio del silencio nocturno, sin intercambiar 
palabras,se alejaron en dirección de nuevo a Oriente. 


Todas las leyendas como el mito masónico ser relaciona con la ciencia 
de la construcción, así se presenta con la historia de Hiram Abiff, 
legendario constructor del Templo de Salomón, modelando según una 
estructura precisa para albergar el Arca de la Alianza, y en un lugar 
concreto de se cree que aún se oculta en algún lugar subterráneo. Lo 
cierto es que tanto las historias de buscadores como leyendas dicen 
que aún se encuentra ahí.   
https://groups.google.com/forum/#!searchin/secreto-masonico/oscuridad$20%7Csort:date/secreto-masonico/Jd-PqMfKNDc/ohmRs5PQ4lQJ

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